La tradicional Plaza de la Vigas

Si ocupas un “maistro”, un fontanero o un pintor y no sabes con quien acudir para que te hagan la talacha de la casa, puedes ir a la Placita de las Vigas, donde por tradición en León, un grupo de señores ofrecen estos servicios desde hace más de un siglo. 

Son las doce del medio día, solo quedan cinco de la casi veintena de hombres o más que se instalan desde la mañana en la esquina de la calle Juan Valle y bulevar Mariano Escobedo del barrio de San Juan de Dios, una camioneta blanca se para a preguntar información, aprovecha la luz roja del semáforo y tres hombres se le acerca a ofrecer sus servicios. 

Así es la dinámica en el lugar desde 1906, cuando el Mariano Escobedo era conocido como la calle del Panteón San Nicolás y dicha plaza como “Los Maderos” en la cuadra de “La ladrillera”. La plazuela marcaba la terminación de la cuadra del Retiro o del Camposanto y de la hoy conocida como la Ignacio Altamirano aún zona Centro de la ciudad, de acuerdo a información del Archivo Histórico Municipal. 

En otras de las ceras estaba el depósito de tranvías donde llegaban los autos de tracción animal principalmente cuando había festejos en el panteón de San Nicolás y desde entonces la placita es conocida por la concurrencia de albañiles que esperan encontrar “jale”. 

En 1939 el Municipio en turno mejoró el aspecto ruinoso de la plazuela y en 1975 Obras Públicas realizó el arreglo de las fuentes, bancas y jardineras. 

Actualmente lo señores llegan desde la mañana para encontrar trabajo, esperan a los clientes, ya no hay tantos adornos, sólo está la ofrenda de sus compañeros que fueron asesinados hace algunos años, ellos velan las pláticas de los que siguen al pie de la mezcla y la pintura trabajando como casi toda su vida.