«La Grandota» personaje leonés

Todos los días cerca de las 7:00 de la noche, los niños leoneses corrían juguetones después de identificar la silueta lejana de este personaje.

Viniendo del barrio histórico de San Juan De Dios, transitaba torpemente y visiblemente alcoholizada por una de las calles, una mujer de más de 50 años, que no se sabe si era su edad verdadera o se veía «acabada» por los tratos de la vida.

Caminaba todos los días zigzagueando, «La Grandota», mujer de piel muy blanca y cabeza cubierta por un rebozo desgastado que detenía con sus largas manos. De complexión regular pero de altísima estatura, cuyo tamaño, hacía honor al apodo brindado por los ciudadanos.

Los niños leoneses, al divertirse en la calle, no dudaron en querer jugarle una broma a esta mujer y comenzaron a molestarla cantando esa canción de niños que dice así: «los pollitos dicen pío pío pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío…»

Al escuchar la canción, la grandota se enfureció y persiguió a los chamacos que la rodeaban sin tener éxito en alcanzarlos.

Los días pasaban y los niños desquehacerados solo esperaban la llegada de «la Grandota» para molestarla. Un día, un pequeño no corrió tan rápido como los demás y la mujer logró alcanzarlo.

El niño, asustado, la vio a la cara para ofrecerle una disculpa. Cual fue su sorpresa que al ver a la Grandota, alcanzó a ver unos ojos llenos de lágrimas y una cara triste. El chamaco, apenado, le preguntó que por qué lloraba.

Sorprendentemente, la mujer le contó con palabras entrecortadas, que ella era de los altos de Jalisco, que alguna vez estuvo casada pero que el marido la abandonó por su adicción a la bebida pero, lo que más le dolía, era que su pequeña hija, a la cual le cantaba la canción de los pollitos, había muerto.

Desde ese día, las bromas hacia la Grandota fueron cesando hasta que, un día, la mujer dejó de verse por la ciudad y su historia se quedó en los recuerdos.

Y tú… ¿la conociste?