Los primeros panteones de León

¿Sabías que los primeros lugares donde enterraban a los muertos en la Villa de León fue en las iglesias… y después en la Plaza de los Fundadores?

Sí, tal como lo leíste, estos lugares fungieron durante los primeros años de León como panteones y ahí te va la historia.

De acuerdo a la historia de León contada por el cronista vitalicio de la ciudad, Carlos Arturo Navarro, fue en el primer templo de León ubicado en la Plaza de Armas, donde enterraron a los primeros leoneses, pues para esas fechas aún no había panteones como hoy los conocemos.

En la Villa de León primero se conocieron como cementerios, después como camposantos y finalmente fueron denominados panteones. Cementerio significa, etimológicamente: espacios destinados a inhumar cadáveres dentro de la tierra.

Panteón era un templo de la Roma antigua dedicado a todos los Dioses, pero en León se tenían que llamar cementerios según la Ley de Reforma, para poder dar sepultura sin distinción, pues sólo se podía enterrar a las personas de una sola creencia, ya que las religiones fueron las primeras en fomentar la sepultura a los muertos.

La muerte siempre ha sido de respeto en todos los tiempos, siempre ha sido venerada, en México es una raíz muy marcada, unos la temen, otros la buscan, pero todos la respetan.

En 1589 llegaron a la Villa los Franciscanos para encargarse de la religión, lo que ayudó a que la población no se perdiera, pues estaba a punto de desaparecer y les fueron otorgados por parte del cabildo unos terrenos en la Plaza.

A finales del siglo XVI construyeron su convento y primer templo, pero lo demolieron por mala construcción, hasta que edificaron otro a un costado de la iglesia del Sagrario.

Sin embargo, requirieron de mayores espacios y construyeron el cementerio franciscano en la Plaza Fundadores, donde enterraban a la gente de los barrios de San Miguel y el Coecillo con sus pertenencias de barro y así fue como nacieron los panteones que después desaparecieron con el paso de la historia de la Villa.