El puente que resistió la tragedia: historia del antiguo paso del Coecillo

León, Guanajuato. Hoy queda solo el recuerdo y una imagen en blanco y negro. El antiguo puente del Coecillo, construido en tiempos del virreinato, fue durante siglos el único paso sobre el río de los Gómez y la puerta principal de la ciudad. Su historia, sin embargo, no terminó con su gloria, sino con la tragedia de una inundación que cambió para siempre el rostro de León.

“El puente del Coecillo fue parte fundamental del trazado urbano antiguo. Antes de la construcción del puente de la Calzada, en 1850, era la entrada natural a la ciudad”, explica Luis Alegre, cronista de León. “Su estructura, robusta y angosta, resultó ser también su condena cuando el agua lo puso a prueba”.

El 18 y 19 de junio de 1888, una lluvia torrencial proveniente de las serranías desbordó el río de los Gómez. A su paso, el agua arrastró árboles, muebles, animales y escombros, que fueron atorándose en los arcos del puente. La construcción, en lugar de canalizar el flujo, se convirtió en un obstáculo que represó el río, generando una presión devastadora. “Fue un tapón mortal”, resume el cronista.

La inundación reventó por dos frentes: el antiguo dique a la altura de la calle 5 de Mayo y el arroyo del Muerto en El Coecillo. El agua encontró nuevas salidas y arrasó más de dos mil casas en los barrios de El Coecillo, Barrio Arriba, Santiago y San Juan de Dios. El puente, aunque resistió físicamente la embestida, quedó señalado como parte del problema.

Con la tragedia aún reciente, en 1889 se tomó la decisión de demoler el puente virreinal. Fue reemplazado por un diseño del ingeniero Louis Long, y con ello comenzaron los trabajos de reconstrucción del malecón del río de los Gómez, desde la garita del norte hasta el puente de la Calzada. La tierra extraída del cauce se utilizó para crear un bordo de defensa del lado del Coecillo, en lo que sería el primer intento formal de contener al río.

La fotografía que conserva el Archivo Histórico Municipal de León, con el puente novohispano al centro y los barrios de Santiago y El Coecillo a cada lado, es uno de los pocos vestigios visuales de esa infraestructura perdida, testigo de siglos de historia y de una de las mayores catástrofes que ha enfrentado León.