Aplauden de pie a «Lo que queda de nosotros».

Este pasado fin de semana, si fuiste a ver “Lo que queda de nosotros” al Teatro del Bicentenario, y no lloraste, es porque definitivamente no tienes corazón.

La puesta en escena presentó cuatro funciones los días viernes y sábado, de la obra que cuenta la historia de la adolescente Nata, quien tras la pérdida de sus padres, decide abandonar a su perro Totó, para ya no sentir ningún lazo afectivo más con ningún ser vivo.

La música a cargo de David Ortiz y Ricardo Estrada, ponía la piel chinita desde el inicio, y es que desde que entramos al Teatro Estudio del Bicentenario, la interpretación sonaba melancólica. No, no se trataba de una simple obra que hablara de mascotas, sino que abordó la pérdida y la negación desde distintas facetas. Podría asegurar que cada uno de los presentes recordó algo que perdió o a alguien que lo perdió, porque con la primera escena ya había varias lágrimas cayendo.

La obra, dramaturgia de Alejandro Ricaño y Sara Pinet, dura poco más de una hora y con eso basta para poner al espectador a pensar sobre las reacciones y consecuencias que tienen nuestras acciones.

La misma Sara Pinet, junto con Raúl Villegas, se encargó de las magníficas interpretaciones, que también, debo decir, arrancaron muchas risas y sonrisas, pero sobre todo reflexiones personales y con un muy buen mensaje sobre la importancia del trato digno a las mascotas.

Las funciones estuvieron abarrotadas y el público agradeció aplaudiendo de pie, a la historia del perrito callejero, que sin duda fue mucho más que eso. ¡Aplausos por los consumidores de teatro en León!