Connect with us

Historias

El ingenioso José Guadalupe Posada, creador de «las calaveritas»

Publicado

el

Nada más se llegaba el mes de noviembre y los políticos de la época de José Guadalupe Posada se ponían a temblar, pues este hombre creativo, irónico e ingenioso les saca sus “trapitos al sol” mediante sus publicaciones y las famosas calaveritas que hasta hoy son una tradición en nuestro país.

El escritor y periodista nació en Aguascalientes el 2 de febrero de 1852 y murió en la Ciudad de México el 20 de enero de 1913, sin embargo, de 1872 a 1888, vivió en León, pero se fue después de la inundación que ocurrió en ese año.

Fue crítico de los políticos de su tiempo e intérprete de las actitudes sociales del pueblo mexicano y el autor de “las calaveras”, dibujos que representan la vida por medio de la muerte.

Advertisement

“A las calaveras las revivió, las vistió de gala, las llevó a los jolgorios de la barriada, a la calle citadina, a las casas de los ricos y las montó en bicicleta y a caballo”, se cita en libro “Las Expresiones de la Muerte en León” de Rodolfo Herrera.

Junto con Trinidad Pedroza editaba el periódico El Jicote en Aguascalientes donde la reputación de los políticos no salía bien librada, después inició como maestro a la cátedra de litografía.

Para saber un poco más de su historia, se casó con la leonesa María de Jesús Vela el 20 de septiembre de 1875 y entre sus obras en León, ilustró el libro “Moral Práctica” e imprimió retratos y carteles de personajes históricos y colaboró en periódicos como La Gacetilla.

Advertisement

Por la calidad de su trabajo, las puertas se le abrieron y comenzó a imprimir en cajetillas de cigarros y cerillos, tarjetas de felicitación y cumpleaños, además de que su popularidad se extendió a otras ciudades.

Después de que León sufriera una terrible inundación en 1888, Posada se trasladó a la capital de la República y trabajó en la editorial de Ireneo Paz, aunque los años de vida ya se le estaban agotando.

Murió en 1913 tan pobre como nació y fue sepultado en una fosa de sexta clase en el Panteón de Dolores, sus restos que nadie reclamó, siete años después fueron arrojados a la fosa común en compañía de otros que estaban en las mismas condiciones.

Advertisement













Trending

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com