Arte y Cultura
Las mudanzas del Archivo Histórico

El Archivo Histórico Municipal de León es uno de los centros de documentación más valiosos de León, y es que ahí se resguardan documentos que narran y forman parte de la historia de nuestra ciudad. Este edificio no siempre ha estado en Justo Sierra #216, su dirección actual; por esto, te compartimos las diferentes sedes que ha tenido, tal vez lo has visitado en alguna de ellas.
El 6 de julio de 1948 el antiguo Archivo Municipal, que tuvo su origen en la Colonia, el día de la fundación de la villa de León, se convirtió en Archivo Histórico Municipal, lo que ayudó a rescatarlo del olvido.
Inicialmente se estableció en el Palacio Municipal desde su fundación hasta 1970, cuando el inmueble fue objeto de remodelación y entonces emigró a la calle Juárez #202, después pasó a la Casa de Las Monas en la calle 5 de mayo. Estos inmuebles también albergaban la Biblioteca y la Casa de la Cultura.
En 1979 volvió a cambiar su domicilio, ahora se trasladó a Donato Guerra #108, sitio en donde permaneció sólo un año y medio, pues para 1980 se trasladó a Constitución #103 Altos, en tercer piso. En este inmueble permaneció por espacio de ocho años, ya que en marzo de 1989 se inició su traslado al edificio que actualmente ocupa en Justo Sierra #216.
Una casa de estilo neoclásico, construida por el clérigo José María Velarde en 1802, la cual disfrutó hasta su muerte en 1819. Posteriormente fue hospicio para pobres de 1851 a 1864. En 1903 estuvo la depositaría municipal y luego cárcel de mujeres de 1908 a 1986.
Como has leído, este espacio también tiene su historia, y a pesar de todos los cambios que ha tenido se ha convertido en uno de los mejores del país por la importancia de documentos que resguarda, además de que tiene textoteca, hemeroteca, mapoteca, fototeca, arqueología, entre muchas cosas que seguro te interesarán.
Actualidad
Imagina: El edificio más sustentable de Latinoamérica emerge en León»

León, una ciudad en constante crecimiento y desarrollo, alberga un proyecto innovador y trascendental: el Centro Cultural y Ecológico Imagina. Ubicado en la colonia Los Castillos, en la calle Atalaya 201, este edificio se ha ganado el reconocimiento como el edificio más sustentable jamás construido en Latinoamérica, según el padre de la bioconstrucción, Gernot Minke.
El origen de Imagina se remonta al año 2012, cuando nació como un ambicioso proyecto destinado a ser un centro de formación musical y cultural para jóvenes y niños de la comunidad Los Castillos, una de las zonas más marginadas de la ciudad, así como para las áreas circundantes. Con un objetivo claro de promover la educación y la cultura, este centro se ha convertido en un faro de esperanza y oportunidad para muchos.
El arquitecto responsable de llevar a cabo esta obra maestra fue Peter Van Legen, quien ideó un diseño que no solo cautiva la vista, sino que también abraza la sustentabilidad en cada uno de sus aspectos. El edificio está construido principalmente con tabiques de Adobe, fabricados de manera artesanal por los propios habitantes de la comunidad de Los Castillos. Esta elección no solo promueve la participación y el empoderamiento local, sino que también aprovecha las cualidades térmicas y de aislamiento que ofrece el Adobe.
La captación de agua pluvial es otro aspecto destacado en Imagina. El edificio cuenta con un ingenioso sistema que permite recolectar y almacenar el agua de lluvia, lo que contribuye a reducir su dependencia de recursos hídricos externos. Esta agua se utiliza para diversos fines dentro del centro, como el riego del huerto de especies endémicas de la región, que a su vez promueve la biodiversidad y la preservación del entorno natural.
La azotea verde es otro elemento esencial en la sostenibilidad de Imagina. Esta área está cubierta de vegetación, lo que ayuda a reducir el impacto ambiental, proporciona aislamiento térmico y mejora la calidad del aire al filtrar contaminantes. Además, el edificio cuenta con 64 paneles solares instalados estratégicamente para aprovechar al máximo la energía solar y abastecer las necesidades energéticas del centro.
La ventilación natural cruzada es un recurso que se aprovecha al máximo en Imagina. Gracias a su diseño arquitectónico, el edificio permite la entrada de corrientes de aire fresco, lo que garantiza una temperatura agradable en su interior sin la necesidad de recurrir a sistemas de climatización artificial. Esto no solo reduce el consumo de energía, sino que también crea un ambiente saludable y confortable para sus ocupantes.
En su afán por ser un ejemplo de responsabilidad medioambiental, Imagina también cuenta con un centro de acopio de basura, donde se promueve la separación y el reciclaje de los residuos generados en el lugar. Asimismo, se ha implementado un sistema de tratamiento de desechos en el baño, que transforma los mismos en composta para fertilizar el huerto. Esta práctica ecológica contribuye a cerrar el ciclo de vida de los recursos y minimiza el impacto negativo en el entorno.
El primero de septiembre de 2016, Imagina abrió sus puertas al público, convirtiéndose en un testimonio vivo del compromiso y la colaboración entre recursos privados, federales y estatales. Actualmente, el centro cultural alberga a más de 200 alumnos distribuidos en dos orquestas sinfónicas, pertenecientes al Sistema Nacional de Orquestas, un coro y diversos talleres de desarrollo humano, ecología y cultura. Estas actividades promueven la inclusión, el talento y el crecimiento personal de los participantes.
Imagina, propiedad de la asociación civil Imagina Biblioteca Infantil A.C., ofrece una amplia variedad de programas y actividades para la comunidad. Desde formar parte de una orquesta hasta participar en talleres de yoga, bisutería, conferencias y muchas otras opciones, este centro se ha convertido en un espacio abierto y acogedor para todos. Para conocer más sobre las oportunidades que ofrece Imagina, se puede consultar su página de Facebook en https://www.facebook.com/bibliotecaimagina.
El Centro Cultural y Ecológico Imagina en León representa un hito en el ámbito de la construcción sustentable en Latinoamérica. A través de su diseño innovador y sus prácticas ecoamigables, este edificio se posiciona como un modelo a seguir en términos de sostenibilidad y compromiso con el medio ambiente.
Imagina demuestra que es posible construir espacios arquitectónicos hermosos y funcionales, al mismo tiempo que se protege y conserva nuestro planeta para las generaciones futuras.
Actualidad
El origen de la danza del torito

Por Orlando Humérez
La danza del torito es una de las tradiciones más folclóricas y emblemáticas de nuestra ciudad. En las festividades patronales y en las calles del centro, es común observar grupos de personas ejecutando esta coreografía llena de energía y colorido, mientras solicitan la colaboración de los espectadores.
Desde lejos se puede percibir su presencia, a medida que resuenan los tambores y el estruendoso sonido del látigo. Este inicio puede resultar intimidante para algunos, incluso llevándolos a refugiarse en los establecimientos más cercanos. Sin embargo, al contemplar a los danzantes, se comienza a comprender la razón detrás de estos sonidos llamativos.
Esta manifestación cultural se desarrolla mediante personajes que representan a diablitos, borrachitos, toros, indios, charros, la muerte y otros, quienes parodian una corrida de toros con gran habilidad y destreza.
Existen diversas leyendas relacionadas con el origen de esta danza tan arraigada en nuestras tradiciones. Una de ellas cuenta que en la última parte del siglo XVIII, en una granja situada en Silao, se construyó una pequeña plaza de madera destinada a lidiar con toros bravos en eventos privados, limitando el acceso únicamente a los españoles.
En esta plaza, se celebraban fiestas donde los asistentes disfrutaban de abundante vino, degustaban platillos tradicionales, entonaban canciones y bailaban. Cuando el efecto del alcohol se hacía presente, los invitados ingresaban al ruedo para intentar fatigar al toro. Lamentablemente, muchos perdieron la vida en este desafiante intento.
Los campesinos mexicanos, intrigados por lo que ocurría en estos encuentros tan exclusivos, descubrieron pequeños agujeros en las tablas de madera que les permitieron espiar y observar lo que sucedía en estas festividades tan enigmáticas.
La curiosidad despertada en los indígenas y mestizos fue tan grande que comenzaron a imitar, a manera de juego, estas escenas en las calles y lugares públicos, utilizando un toro de cartón. Se cuenta que esta tradición llegó a la ciudad de León durante la segunda mitad del siglo pasado y, desde entonces, se ha ido moldeando y preservando hasta convertirse en el legado que conocemos en la actualidad.
En la actualidad, existen numerosos grupos de danza del torito distribuidos en las colonias de San Juan Bosco, Los Castillos, La Noria, El Paraíso, Joyas-Rizos, La Merced, San Felipe de Jesús, La Selva, Cerrito de Jerez y Cañada del Real. Cada grupo está compuesto, en promedio, por 15 personas, quienes exhiben su destreza y pasión en cada presentación, siempre solicitando la colaboración del público para mantener viva esta tradición tan enraizada en nuestra comunidad.
Sin lugar a dudas, es un motivo de orgullo pertenecer a nuestro bonito León, cuna de la danza del torito y hogar de una tradición que enciende el espíritu y la alegría de nuestra gente.
Actualidad
«La miniaturista de América: el legado artístico de María Eloísa Jiménez Gutiérrez»

Por Orlando Humerez
En un rincón de León, nació una artista excepcional cuyo talento trascendió fronteras. María Eloísa Jiménez Gutiérrez, pintora leonesa, dejó una huella imborrable en el mundo del arte. Especializada en la pintura de retrato y paisajes, su obra cautivó a aquellos que tuvieron la fortuna de contemplarla.
Desde temprana edad, Jiménez Gutiérrez demostró una pasión innata por el arte. A los 13 años, se convirtió en alumna del renombrado pintor panza verde, Antonio Segoviano. Bajo su tutela, aprendió técnicas magistrales como la mezcla de colores, el sombreado y la composición artística. Estas habilidades se plasmarían en cada una de sus obras maestras.
No obstante, fue en las pinturas en miniatura donde María Eloísa alcanzó la cima de su reconocimiento. Su destreza en este arte le valió el apodo de «La miniaturista de América». Sus creaciones fascinantes se exhibieron en diversas partes del mundo, incluyendo Estados Unidos y países europeos como Francia, Italia, Bélgica y España.
A pesar de su renombre internacional, la salud frágil de Jiménez Gutiérrez la mantuvo arraigada a su amada ciudad. Permaneció en León hasta el último de sus días en 1990, sin poder disfrutar de la oportunidad de viajar. Sin embargo, su legado se preserva en la galería que lleva su nombre, ubicada en Portal Delicias 106, en el corazón de la ciudad. Además, el Museo de la Ciudad de León y el Museo Universitario de las Artes albergan algunas de sus obras más destacadas. En honor a su contribución invaluable al arte, una calle de la colonia Granja las Amalias lleva su nombre.
María Eloísa Jiménez Gutiérrez personifica el talento artístico de León, dejando una huella imborrable en la historia del arte. Su dedicación y maestría continúan inspirando a las generaciones venideras en nuestra hermosa ciudad.
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