La reconocida «Señora de las lechugas»

Por Christian Rendón

Era un día de Miércoles de Ceniza de hace casi 42 años, cuando doña Micaela Rodríguez Muñoz, junto con su esposo, comenzó a vender lechugas cerca del mercado Carro Verde de León, frescas, limpias, con limón, sal y chile ¡simplemente deliciosas! 

“La señora de las lechugas” es una de las más famosas de la zona, pero su trabajo le ha costado. Nació en San Cristóbal, la misma comunidad que dio origen al Presidente vitalicio de la República Mexicana, Vicente Fox, y entre chascarrillos dice que es su vecino. 

Después llegó a la colonia Bellavista hasta que se casó, luego de vivir como ama de casa, su marido, que era cobrador, se quedó sin trabajo y ambos con dos hijos se pusieron a trabajar por su cuenta. No sabían ni lo que iban a hacer, hasta que se les ocurrió y vendieron lechugas, esas que si no has probado no sé qué estas esperando, ya son todo una tradición en León y más de la zona Centro.

“Me acuerdo que nomás vendíamos pura lechuga y rábanos, mi esposo me decía: ‘vende otra cosa’, pero yo tenía miedo por los de Reglamentos, pero me fui al Descargue y me traje 5 kilos de jícama. “Y me dijo mi suegra: ‘ya me contaron que eres jicamera ¿Quién te enseñó?’ y le dije: mi Dios del cielo y de ahí me agarré y hoy no necesito para pagar lo más indispensable como agua y luz y el permiso porque ya lo tengo”, platicó la mujer.

La mujer se regresó a vivir a San Cristóbal de donde llega todas las mañanas como a las 8 para preparar los alimentos, ya como a las 10 sale a vender en la esquina de la calle exterior Carro Verde salida a Mariano Escobedo, cerca del mercado.

Con constancia, riega la lechuga romana, la orejona, los rábanos, las jícamas, los pepinos y sandías con agua, para que permanezcan frescos y sean más antojables. “A la lechuga larga se le corta la parte de arriba, la romana se hace en seis partes y ahí se prepara, pero primero antes de todo las pongo a desinfectar con cloro (…) Trato de tenerles lo más limpio que se pueda”, comentó.

Doña Micaela sabe que es famosa y reconocida y aunque no le gusta del todo, le agrada la idea de vender un producto único en la ciudad, por lo que invita a todos a que las prueben, pues no se van a arrepentir.